lunes, 26 de noviembre de 2012

El Valor de la Familia


El hombre es un ser social por naturaleza” decía Aristóteles, para mí, es una afirmación muy verídica, todo lo que aprendemos y todo lo que llegamos a ser viene marcado por nuestra experiencia en un mundo totalmente social, totalmente conectado. Hacemos muchas cosas para lograr encajar, pero nos tenemos que dar cuenta que lo importante es aprender todo lo que podamos de esta sociedad, que tiene como núcleo fundamental a la familia, y es en la que se fundamentan todos nuestros valores, donde se forja nuestra educación, donde se cultivan todos los aspectos que nos ayudarán a encarar nuestra vida en sociedad.

Cuando entras en la etapa de la adolescencia pretendes encaminar tu vida en solitario, dejas cada vez más de contar con tu familia, en cierto modo, pretendes delegar en tus amigos la misión que tiene tu familia y que solo esta puede cumplir, pero llega un momento de tu vida en que reflexionas seriamente en la importancia de tu familia, de ese apoyo incondicional que te brindan, te das cuenta que los valores familiares no solo se cultivan en la infancia, sino que, toda nuestra vida en familia es un aprendizaje constante.

En mi caso, me puse seriamente a pensar en lo que supone mi familia para mí, y cómo sería mi vida sin estos increíbles personajes. Yo soy hija única así que, como es lógico, no puedo hablar de una relación de hermanos, pero a cambio, y para mí lo sustituye con creces, tengo a mi tío que es solo cuatro años mayor que yo, con él he pasado toda mi vida, y mantengo una increíble relación. Yo nací y pase toda mi infancia en Colombia, y desde que me acuerdo mi abuela siempre ha cuidado de mí, mi madre lo es todo para mí, pero como ella es enfermera, pasaba largas jornadas laborales fuera, y por tanto mi abuela nos crió a mi tío, a mis dos primos y a mí, yo no me puedo quejar de falta de hermanos, puede que no pueda adquirir un carnet de familia numerosa, pero tengo tres hermanos con los que he jugado, he peleado, pero sobre todo he aprendido. Mi familia cuenta con otro de los principales personajes de mi vida, mi abuelo, una figura paterna para mí y uno de los motivos por los que llegar a casa siempre vale la pena.

Ayuda mucho estar fuera de casa por algún tiempo para darse cuenta aún más de lo que todos ellos significan, este verano, por ejemplo, estuve un mes fuera de vacaciones sin nadie de mi familia, llega un momento en que realmente te cansas de tener que salir a buscar dónde comer, aunque estés pasando momentos increíbles, pues de vacaciones siempre se está muy bien, deseas un plato de comida de tu abuela. Realmente no sé cómo sería mi vida sin esas bromas de mi tío y los bailes y chistes de mi abuelo, incluso extrañas las llamadas de mi madre para que la acompañe a hacer la compra que tanto odias o que te cuente todas las historias de sus amigas. Nadie te entiende como la familia, todos saben exactamente lo que me gusta, lo que me pone nerviosa, nadie como mi abuela sabe de mis manías (que son muchas), mi tío siempre sabe qué hacer para hacerme reír y también lo que hay que hacer para molestarme y mi madre sabe claramente cómo alegrarme.




Tenemos que valorar todo lo que nuestra familia nos ofrece, en algunas ocasiones tenemos que tener un poco de paciencia, pero son un tesoro muy valioso, que tenemos que cuidar y apreciar por encima de todo, así como de seguro, ellos lo harán contigo.

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